Tradición, cultura y singularidad. Todo ello se puede encontrar en la Fiesta de Moros y Cristianos que cada año tienen lugar en el municipio costero de El Campello. Miles de personas se reúnen del 11 al 15 de octubre para disfrutar de una de las fiestas más auténticas y significativas de la Comunidad Valenciana, la cual recrea la etapa de rebeliones sarracenas y ataques de piratas berberiscos. En esta localidad, al principio las calles se adornaban con farolillos y había danzas, música y desfiles, dando lugar a lo que ahora se conoce como esta fiesta, que data de 1976.
El encendido del alumbrado artístico y el pregón de fiestas de la noche del 11 de octubre anuncian el inicio de las Fiestas Mayores. Y durante la madrugada del día 12 tiene lugar el primer acto, el Desembarco, el acto más característico y emblemático de las fiestas. En él se representa la llegada de las huestes moras por el mar y su lucha en la playa con las tropas cristianas, que son vencidas por los invasores, dando a pie a distintos actos. El Desembarco, que sucede en la playa del Carrer la Mar y que tiene una duración total de 2 horas y media, se inicia a las 7:00h con el repique de campanas y el avistamiento de las tropas moras. Tras ello, llega la incursión mora con arcabucería, el cañoneo naval, el desembarco árabe y el enfrentamiento de fuerzas paladines a pie y a caballo. Cuando las fuerzas cristianas se retiran tras la emotiva Embajada, es la hora del avance sarraceno.
El Desembarco, que es posible gracias a las 800 personas que participan, cada año congrega a aproximadamente 5.000 personas que se deleitan de esta representación tan original y sorprendente. Además, también hay que destacar las Embajadas, los “alardos”, donde la pólvora es el elemento central, y los desfiles, que llenan las calles de la localidad de música, luz y color. El último día tienen lugar los actos religiosos en honor a Santa Teresa y la Virgen de los Desamparados, mientras que el broche final es puesto por un castillo de fuegos artificiales.
La Fiesta de Moros y Cristianos se ha convertido en todo un reclamo que invita a revivir la historia. El Campello se suma a esta tradición, consiguiendo recrear la atmosfera de la época y logrando así que los asistentes vivan una experiencia inolvidable.