Las hábiles manos de luthiers, la pasión incandescente de los herreros o los precisos pulmones de los sopladores de vidrio volverán a acaparar miradas de asombro a partir de este viernes 5 de diciembre. Se trata de una nueva edición de la Feria Medieval de la Capital de la Plana que se celebrará hasta el domingo día 8.
A lo largo de las principales calles de Castelló, y con la novedad de este año de su ampliación hasta la plaza Mayor, 80 expositores, en su inmensa mayoría de ‘mercancías’ y productos artesanales, ofrecerán este viaje al pasado de los mercados medievales. Una aventura al pasado que un campamento ubicado en la plaza Cardona Vives, un campo de tiro al arco y una exposición de enseres y utensilios de la época se encargarán de contextualizar.
Una visita a través del tiempo que contará como siempre con un programa de animación con especial énfasis en los espectáculos de calle de acrobacias, circo a gran altura, títeres, un rincón de juegos y como novedad de este año, un acto en el que los pequeños y pequeñas que así lo deseen podrán ser ordenados Caballeros y Damas.
Pero entre todo, y con el respecto y rigor que la historia merece, como apuntan desde la empresa organizadora, Culthisme, otro de los atractivos que más curiosidad despertará será, como siempre, la parte más oscura del Medievo. Y es que además de la oferta de ocio y espectáculos, un rincón estará dedicado a los instrumentos de tortura propios de la época. Así, los afilados pinchos del sillón de interrogatorios, la ‘cama de Judas’, el garrote vil, o la cruel cigüeña, tendrán también su espacio para «morbo y deleite» de los visitantes.
Con todo, los olores… esencias y aromas que conquistarán las principales calles de Castelló este puente de diciembre, prometen ser una experiencia inolvidable para todos los sentidos. Además, organizaciones locales vinculadas a la recreación de momentos de la historia castellonense como la Germandat dels Cavallers de la Conquesta, Los Caballeros templarios o la atronadora i contundente presencia de los Tambors i Bombos de la codradía de Santa Maria Magdalena, pondrán un broche histórico a esta atractiva propuesta para todos los públicos.
Mientras los curiosos tendrán la oportunidad de ver en directo el trabajo artesano de un luthier para crear el instrumento más hermoso de las entrañas de un madero, los más pequeños podrán disfrutar entre risas y sorpresas de los malabares y acrobacias de bufones y artistas. Y cuando el hambre apriete, seguro que será difícil resistirse al olor del pan recién hecho en el fuego de un horno de piedra o a los dulces amasados en la ‘tahona’ más auténtica y medieval. En total, una propuesta completa que permite aproximaciones para todos los gustos.