Adentrarse en el Parque Natural de las Lagunas de la Mata y Torrevieja, en Alicante, es hacerlo en un paraíso natural de la Comunidad Valenciana, en el que se puede disfrutar de 3.700 hectáreas, de su fauna, de su flora y de ¡una tranquila propuesta turística al aire libre.
En la comarca de la Vega Baja del Segura, entre los términos municipales de Guardamar del Segura, Torrevieja, Los Montesinos y Rojales, se halla el Parque Natural de las Lagunas de la Mata y Torrevieja, un enclave convertido en atracción turística para los grandes amantes de la naturaleza y uno de los 22 parques naturales que se reparten por la Comunidad Valenciana.
En este espacio alicantino encontramos dos lagunas separadas entre sí por un anticlinal conocido como El Chaparral, un canal que une a ambas depresiones que, además, están comunicadas de forma artificial con el mar por medio de otro canal conocido por El Acequión.
La laguna de Torrevieja, con 1.400 hectáreas de superficie, hace las veces de saloducto desde que se observase, ya en el siglo XIII, la buena calidad de la sal, mientras que la de La Mata, con 700 hectáreas, actúa como depósito calentador. Ambos humedales, además, constituyen una importante área de nidificación e invernada para más de un centenar de aves como el flamenco, zampullín cuellinegro o diversas especies de patos.
Es un auténtico tesoro natural lo que el viajero encuentra en este entorno en el que, si bien cualquier turista disfruta del paisaje y su hábitat, los muy amantes de la observación de animales y plantas se sienten aquí como en un paraíso.
El parque está definido principalmente por lagunas salinas, saladares, barrancos, ramblas y zonas agrícolas. En esos espacios se generan muestras de vegetación propias de los saladares húmedos y secos, donde son protagonistas las comunidades halófilas, es decir, las plantas que se caracterizan por vivir en territorios en los que abundan las sales.
Entre las especies que se pueden contemplar a lo largo de este paraje destacan, por ejemplo, los flamencos -con concentraciones de hasta 2.000 individuos-, la cigüeñuela, el tarro blanco, el aguilucho cenizo, la garza imperial, y la avoceta, entre otras. Se suman a las anteriores, las poblaciones de chorlitejo patinegro, de charrán común, de charrancito y de alcaraván, especialmente en las proximidades de las lagunas.
Para completar la jornada turística es recomendable visitar, en el entorno de este paraje, las localidades de Torrevieja, núcleo turístico en el que destacan sus salinas, el Museo del Mar y de la Sal o la antigua torre vigía de La Mata. También se puede degustar la cocina torrevejense en alguno de los establecimientos que se distribuyen por la localidad y en los que no faltan especialidades como el popular caldero, elaborado con arroz y caldo de pescado de roca.
Este destino también invita a descubrir sus delicias gastronómicas, a través de elaboraciones como el arroz con conejo y caracoles, las doradas, los meros, las lubinas, los lenguados y los populares langostinos de Guardamar. Un producto de mar que, junto a la ñora -pimiento de bola que se seca en las dunas y con el que se enriquecen los guisos y arroces- protagoniza la Setmana Gastronòmica de la Nyora i el Llagostí, un evento anual que reúne a los restaurantes de la localidad bajo distintas propuestas gastronómicas.